ROBERTO MARURI AMPUERO
Silentes Guerreros, en esta cruenta batalla, mientras el campo esta cubierto de sangre, y nuestros cuerpos heridos, salpicados y cubiertos de rojo; el cielo nos habla, pidiéndonos e infundiéndonos Fuerza.
En el corazón de la batalla final salta la sangre, manchando las alas de los ángeles humanos, manchando las iris del Cristo que combate, con su espada flameante destazando y derrotando a la Muerte que hoy da sus últimos aspavientos y temblores, sus postreros alaridos, en este campo de batalla que es su propio lecho de muerte, su tumba.
Aquí hay un sólo vencedor y sí, somos nosotros. Este Somos glorioso, que aquí desaparece a las sombras.
La noche oscura sede ante la luz de nuestras propias almas. Los ríos ya cantan la victoria mientras amanece, y ahora dos soles emergen en el horizonte.
Ya no hay implante que nos detenga. Pronto nos sacaremos la armadura y dejaremos la espada. Son las últimas horas de la batalla final de una guerra de siglos, de una embestida de 13.000 años, de un largo ciclo que agoniza.
Nuestros cuerpos extenuados claman el final que no llega, se eternizan estos últimos instantes. Ya no hay nada personal, ni siquiera el drama es nuestro. Lo nuestro es la Alegría y la Libertad, ya que, ya lo hicimos. Ya estamos ascendidos.
No había oscuridad, no había enemigo, la guerra era ilusoria, la sangre sólo un espectro volante.
Ni siquiera nuestra propia sombra existe. Somos la encarnación de Dios y nuestras lanzas tapan el cielo: lluvias lumínicas, inundan la vastedad, las estrellas y el ritmo de las tormentas que hoy evacuan a los últimos palmípedos, albatros y jarcias. Es la naturaleza, el canto triunfal, es Gaia, el ritmo de nuestra historia, los relatos de la Historia, su fulgido.
No hay Límites, estamos en una historia sin límites, estamos desbocados como potros sin cuerpos, como rallos sudados. Nuestra Imaginación poderosa: la lanza inmortal, cruza la altura.
Queridos expatriados hoy volvemos al paraíso, hoy volvemos al Hogar, volvemos de este largo éxodo.
¡Alquimistas ha salir de la nube ilusoria!
“Queridas almas, -dice Adama- vuestro viaje dentro de la Unicidad esta casi completo.
El flujo y reflujo, el inhalar y exhalar de la marea universal hace señas dentro de vuestro corazón a cada uno de ustedes.
El movimiento progresista de vuestros sueños empezará el impulso para atraer todos los elementos necesarios para la manifestación.”
Iniciamos una nueva cantata, la luz de nuestra voz inunda los barrancos, arrecia, impulsada por la Inspiración.
Imaginación, Inspiración, Intuición (las tres “I”): Creatividad; creamos un nuevo sueño Despiertos. Solanos.
Canta la altura.
Hermanos, queridos Implacables, en esta hora final, entramos un el tiempo fuera del Tiempo, estamos en su lapsus mortal y desnudo (la transición). Ascendiendo, estas mortajas que nos lloraron y a su vez lloraron con nosotros, en ese tiempo de reversión, que ya queda atrás. Queda atrás el desamor, y sólo flamea en las cúspides de la Cordillera de los Andes: La Libertad, junto a los pumas que surgen. En este paisaje humeante donde salta la Kundalini, la serpiente emplumada de luz, que nos alza, desde la Región de los Lagos, desde los Campos de Hielo, desde la Torres del Paine, desde los glaciares, desde Ushuaia: el amor más salvaje que hemos creado.
La vastedad es nuestra, hermanos de las águilas, de las mareas y de la nueva luz danzante que atraviesa los témpanos:
El Amor.
Los fueguinos irrumpen en este paisaje glaciar, de ensenadas y altos pastos, en las últimas horas de esta gran batalla campal, que ya está ganada. Gracias hermanos, por la fuerza impuesta, por el temple, la pasión y la lucha. Todo el Universo ya celebra la victoria, ya preparan los escultores siderales la estatuaria de recordación a los héroes humanos, y está la tuya. Esta gran Odisea será cantada por las generaciones futuras de este planeta y de los otros del sistema de universos, será cantada en la materia oscura, en la radiación de fondo, en las enanas blancas, en los gigantes rojos, en los pulsares y en los cúmulos de estrellas lejanas, en un sólo coro unificado, con la música de un Bach estelar.
(Extracto del libro en desarrollo: “La Evolución Humana en la Nueva Energía o Las Cuerdas Flotantes”)
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