Roberto Maruri Ampuero
Arts.xx@gmail.com
Los delfines, ballenas y cachalotes galopan el agua. Son los músicos del viento del agua. Están rayando lo insondable y custodian a los músicos trasparentes de los silencios sumergidos.
Besan los nados de la Conciencia, son sus humaredas altamente latentes, y viajantes sinuosos.
Ellos son otros guerreros líricos (y líquidos).
La Conciencia Cetácea esta aquí relampagueando, veteando las aguas, inventando las espumas del Cristo.
Las frecuencias cristal de Amor&Luz son los relámpagos de los mares venidos desde todos los confines del cúmulo de universos en el Ahora eterno, es el levante de la Presencia. El Amor Unidad Creacional emite ondas desde el pecho de los cetáceos terrestres.
Allí aventuran los códigos sonoros conectando a los habitantes de Gaia a la red de la luz cósmica unificada, allá donde se derrumba la estrella de la mañana y todas las almas.
Sumergidos en el Logos Solar. Lobos, pingüinos, focas, osos polares distinguen una melodía alta de las conciencias al interior de la Luz, al interior de los abrazos de los Unos-Todos.
Un orden de estrellas en el agua -y junto a las nieves-. Jesús y María Magdalena como afluentes de velos en las aguas. Son las conciencias indivisas. El sólo amor de un vendaval de nados. El juego de las sirenas. Los buques silentes de Nereo desprendiendo los nuevos códigos cristicos através la Biblioteca Viviente de la Tierra.
Estas son las alas acuosas de la Madre Tierra. Las conciencias de las estrellas encalladas en los mundos de la Vida. Nacientes a una nueva soberanía en el toque de los témpanos. Juegan con las alegorías y son muy libres sin mente, empañando las ventanas de los cruceros en busca de los icebergs, entre las marejadas, entre los mares acantilados besando el peso de las lluvias trinas quemados por las llamas gemelas de los nuevos ocasos marchantes. Diluvios aquí en las aguadas. Labios húmedos del Ser Puro. La budeidad que un día cayó al mar inflamándolo. Eso son los hermanos de los flujos, los cachalotes, los templarios de las espumas, los mareados signando la Libertad y la Belleza de las Profundidades.
Un beso a la Cristiandad más alta. Porque aquí comienza a sumergirse el Cristo. Aquí esta incluso la conciencia de las grandes mantarrayas flameando al unísono con los afluentes intraterrenos que empapan al ser de las vastedades acuarias: la vida en la tierra nació en los mares, las primeras células oleosas del humano hoy trasparentándose al canto de los vacíos. Por que allá se vuelve navieramente: al gran vacío unitario donde nos abrazamos en la Unidad mareados como espasmos y resurrectos a la realeza de la Paz ondeante. La vida plena comienza a nacer. Hoy se vuelve en las navegaciones del aire, en todo lo que Es, en los más violentos ríos y en las ventiscas sonoras de las quebradas; en todo se Vuelve, se vuelve al Amor Real un día extraviado en los pasos de las montañas. Hoy se vuelve como vuelven las estrellas a su silencio. Se vuelve al Amor. Se vuelve a la profundidad. Al Cristo se vuelve. Hoy precisamente es el abrazo final.
Hoy se vuelve vendavalmente al Cristo lluvioso de las aguas de la Inteligencia Pura, es el imponente Ser que llueve sobre las aguas eternales, ahora que todos los dolores comienzan a cesar, como cesa el vuelo inmolado del albatros reflejándose sobre las ciénagas verdes en las orillas nudosas cerca de los pantanos al acampar.
Hoy se vuelve al viento como vuelven las espumas en un día de esperanzas.
La Belleza no tiene límites, se escucha en las cavernas y se mira en los penachos de la nevada. Hoy se mira; antes en la densidad el Ser estaba mudo y ciego. Hoy vuelve el Amor a los corazones de los Hombres. Es el Hombre: la Luz misma.
La Luz-Amor cruza torrencial en cada gota y en cada ola, las que se unen salvajes en la Libertad. Es la libertad invocándose en el viento. Autoinvocándose. Estila el aire sobre los viajes de la Conciencia. Los peces han desaparecido y sólo se ve la flor de las espumas policromas unificadas, la danza Una de las aguas y la tierra y todos los seres. Es el Amor que arrasa sobre las resacas. Y nada es real, todo es un cuento de hadas al interior de la Matrix de las falacias. Sólo la Unidad de la Conciencia. La Presencia Permanente en los Silencios. Las mareas unificadas. La aventura de la conciencia en las aguas purificadas. No hay abstracción sólo ES.
Los delfines son el propio corazón dulcificado correntoso en las mareas. Son los senos amorosos de las musas creacionales envueltos dulcemente por las olas. Hoy todo es el Amor.
Son los torrentes en los lomos que entran y salen, que suben y bajan sobre la canción de la superficie. Son/ Empapados/ Músicos/ Amores/ Terrestres Pacíficos/ Nativos de las ondas. El Amor es lo que llueve sobre las aguas y el viento humedecido. En los pináculos espumantes de la Belleza inmortal. Cristo vive.
Arts.xx@gmail.com
Los delfines, ballenas y cachalotes galopan el agua. Son los músicos del viento del agua. Están rayando lo insondable y custodian a los músicos trasparentes de los silencios sumergidos.
Besan los nados de la Conciencia, son sus humaredas altamente latentes, y viajantes sinuosos.
Ellos son otros guerreros líricos (y líquidos).
La Conciencia Cetácea esta aquí relampagueando, veteando las aguas, inventando las espumas del Cristo.
Las frecuencias cristal de Amor&Luz son los relámpagos de los mares venidos desde todos los confines del cúmulo de universos en el Ahora eterno, es el levante de la Presencia. El Amor Unidad Creacional emite ondas desde el pecho de los cetáceos terrestres.
Allí aventuran los códigos sonoros conectando a los habitantes de Gaia a la red de la luz cósmica unificada, allá donde se derrumba la estrella de la mañana y todas las almas.
Sumergidos en el Logos Solar. Lobos, pingüinos, focas, osos polares distinguen una melodía alta de las conciencias al interior de la Luz, al interior de los abrazos de los Unos-Todos.
Un orden de estrellas en el agua -y junto a las nieves-. Jesús y María Magdalena como afluentes de velos en las aguas. Son las conciencias indivisas. El sólo amor de un vendaval de nados. El juego de las sirenas. Los buques silentes de Nereo desprendiendo los nuevos códigos cristicos através la Biblioteca Viviente de la Tierra.
Estas son las alas acuosas de la Madre Tierra. Las conciencias de las estrellas encalladas en los mundos de la Vida. Nacientes a una nueva soberanía en el toque de los témpanos. Juegan con las alegorías y son muy libres sin mente, empañando las ventanas de los cruceros en busca de los icebergs, entre las marejadas, entre los mares acantilados besando el peso de las lluvias trinas quemados por las llamas gemelas de los nuevos ocasos marchantes. Diluvios aquí en las aguadas. Labios húmedos del Ser Puro. La budeidad que un día cayó al mar inflamándolo. Eso son los hermanos de los flujos, los cachalotes, los templarios de las espumas, los mareados signando la Libertad y la Belleza de las Profundidades.
Un beso a la Cristiandad más alta. Porque aquí comienza a sumergirse el Cristo. Aquí esta incluso la conciencia de las grandes mantarrayas flameando al unísono con los afluentes intraterrenos que empapan al ser de las vastedades acuarias: la vida en la tierra nació en los mares, las primeras células oleosas del humano hoy trasparentándose al canto de los vacíos. Por que allá se vuelve navieramente: al gran vacío unitario donde nos abrazamos en la Unidad mareados como espasmos y resurrectos a la realeza de la Paz ondeante. La vida plena comienza a nacer. Hoy se vuelve en las navegaciones del aire, en todo lo que Es, en los más violentos ríos y en las ventiscas sonoras de las quebradas; en todo se Vuelve, se vuelve al Amor Real un día extraviado en los pasos de las montañas. Hoy se vuelve como vuelven las estrellas a su silencio. Se vuelve al Amor. Se vuelve a la profundidad. Al Cristo se vuelve. Hoy precisamente es el abrazo final.
Hoy se vuelve vendavalmente al Cristo lluvioso de las aguas de la Inteligencia Pura, es el imponente Ser que llueve sobre las aguas eternales, ahora que todos los dolores comienzan a cesar, como cesa el vuelo inmolado del albatros reflejándose sobre las ciénagas verdes en las orillas nudosas cerca de los pantanos al acampar.
Hoy se vuelve al viento como vuelven las espumas en un día de esperanzas.
La Belleza no tiene límites, se escucha en las cavernas y se mira en los penachos de la nevada. Hoy se mira; antes en la densidad el Ser estaba mudo y ciego. Hoy vuelve el Amor a los corazones de los Hombres. Es el Hombre: la Luz misma.
La Luz-Amor cruza torrencial en cada gota y en cada ola, las que se unen salvajes en la Libertad. Es la libertad invocándose en el viento. Autoinvocándose. Estila el aire sobre los viajes de la Conciencia. Los peces han desaparecido y sólo se ve la flor de las espumas policromas unificadas, la danza Una de las aguas y la tierra y todos los seres. Es el Amor que arrasa sobre las resacas. Y nada es real, todo es un cuento de hadas al interior de la Matrix de las falacias. Sólo la Unidad de la Conciencia. La Presencia Permanente en los Silencios. Las mareas unificadas. La aventura de la conciencia en las aguas purificadas. No hay abstracción sólo ES.
Los delfines son el propio corazón dulcificado correntoso en las mareas. Son los senos amorosos de las musas creacionales envueltos dulcemente por las olas. Hoy todo es el Amor.
Son los torrentes en los lomos que entran y salen, que suben y bajan sobre la canción de la superficie. Son/ Empapados/ Músicos/ Amores/ Terrestres Pacíficos/ Nativos de las ondas. El Amor es lo que llueve sobre las aguas y el viento humedecido. En los pináculos espumantes de la Belleza inmortal. Cristo vive.
Este texto ha sido escrito después de haber realizado el Taller de Códigos de Luz con KAI en los bosques de Concepción. Chile, el fin de semana del 26 y 27 de Febrero de 2011.
Un placer aterrizar en este blog
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